El Mercurio
Conferencia nº3
3 Diciembre 2002
Introducción
-Continuamos este ciclo de charlas cuyo tema general es la incorporación de la mujer, de manera activa, protagónica, al acontecer del siglo XX
-El proceso fue lento, durante siglos no hubo cambios mayores y recién los estamos comenzando a percibir –y no sin dificultades- al inicio del siglo XXI
-¿Y, quien impulsó esos cambios? Un grupo de mujeres que hemos calificado de trasgresoras, es decir mujeres cuya conducta o estilo de vida rompe con el comportamiento habitual, que innova respecto a las convenciones imperantes.
Ahora bien, el eje en torno al cual han girado estas conferencias, es la libertad. Cada una de las biografías expresa, a modo de ejemplo, una faceta particular de los muy distintos modos en que la mujer ha buscado ampliar sus márgenes de libertad personal y social en las primeras décadas del siglo XX.
Naturalmente, cuando decimos libertad, estamos refiriéndonos a la capacidad de optar, no a esa fórmula absoluta que consiste en identificar la libertad con la posibilidad de hacer cualquier cosa.
-Así, por ejemplo, lo que Virginia Woolf y Anaís Nin hicieron fue luchar por su libertad para optar, cada una en su estilo propio, a través del testimonio escrito, de una obra literaria reconocida y admirada, consiguiendo dar a conocer el punto de vista femenino, su verdadera intimidad.
-Su legado está contenido, objetivamente, en sus libros y diarios. Pero yo quiero llamar la atención sobre un aspecto que a veces se omite: no sólo su obra sino también sus propias historias de vida constituyen una trasgresión. Hay una gran coherencia entre la manera de vivir por la cual optan y su trabajo como escritoras. Esta síntesis de vida y obra, es completamente ajena a la hipocresía y moralina victoriana que dominaba a la sociedad de su tiempo. Que transgredieron las normas establecidas y que no siempre sus vidas fueron modelos de virtud, es un hecho. Pero ello no impide que las admiremos y que deseemos conocerlas en todas sus dimensiones, no sólo porque fueron una realidad –es decir son parte de nuestra historia- sino que especialmente porque se atrevieron a ser ellas mismas.
…..
-Hoy nos vamos a detener en las biografías de dos mujeres –que como Virginia y Anaís- mostraron su talento, su independencia y su rechazo a las convenciones sociales de la época, utilizando – en vez de la escritura- la danza y la moda como medios de expresión de su rebeldía.
-Tal como en Virginia y Anaís, sus propias historias de vida no sólo fueron inseparables de su arte, sino que también estuvieron marcadas por un esfuerzo constante: la lucha por abrirse espacios en un mundo que –pese a los avances conseguidos- sigue creyendo y pensando que la mujer – sólo por el hecho de serlo- debe mantenerse circunscrita al ámbito de lo privado y seguir cumpliendo el rol que durante siglos se le había asignado: ser madre, esposa sumisa y centrada en quehaceres ajenos al mundo del intelecto, de la creación artística, del poder y del dinero.
-Isadora y Cocó tienen en común el haberse ocupado de la belleza, de la estética del cuerpo humano, y en concreto, del cuerpo femenino. Una, utilizando como medio de expresión de su arte, la danza, la otra, ocupándose de la presentación externa del cuerpo de la mujer en la vida cotidiana, es decir la moda.
Isadora (1877- 1927)
-La vida de Isadora fue corta. Sólo vivió 50 años, pero 50 años intensos y trágicos, que dejaron una huella imborrable en el arte de la danza.
-Ella fue la iniciadora de la danza contemporánea, de un nuevo estilo, de una nueva manera de expresar la armonía y la belleza del cuerpo humano, rompiendo la rigidez y la estructura preestablecida del baile de la época. Recuerden por ejemplo, el ballet de Chaikovski (El lago de los cisnes, Cascanueces, etc.) y lo que se bailaba en los salones polcas, mazurcas, cuadrillas, e incluso el vals, que tienen reglas métricas exactas.
– Pero Isadora no sólo amplió y cambió el contenido de la danza. En la forma, su baile también fue revolucionario. (etimológicamente es volver al punto de partida) Volvió a los orígenes, inspirándose en la Grecia clásica, deshaciéndose del maquillaje y de la vestimenta recargada (zapatillas, medias, mallas y y faldillas) para cubrirse sólo con una túnica que le diera mayor libertad de movimiento. El hecho de bailar descalza, desnuda, sin ningún artificio, provocó cierto escándalo, pero también inmensa admiración en los círculos más vanguardistas.
-Como en todos nuestros personajes, la familia y la infancia de Isadora tuvo una fuerte influencia en su futuro.
-Norteamericana de nacimiento, y de origen irlandés, Isadora nació en 1877 en San Francisco- California, cuando Estados Unidos no tenía visos de convertirse aún en una gran potencia mundial.
-Recién terminaba la conquista del Oeste (cowboys) y San Francisco –ubicada en la costa del Pacífico- era todavía un lugar semi-bárbaro, semi-salvaje, cuyo ambiente cultural era el menos propicio para influir en el desarrollo de un arte tan sofisticado como la danza.
-En esa sociedad precaria, todavía en construcción, los padres de Isadora tenían, con todo, cierta relevancia social y eran parte de una élite culta;
-Él (Joseph) era un hombre de negocios, 30 años mayor que su mujer, que por momentos lograba hacer dinero con movidas bancarias, pero que, en otros, lo perdía todo.
-Ella, (Dora) de apellido Grey, tenía una enorme sensibilidad artística. Pianista y lectora de los clásicos ingleses, era una mujer católica, con cuatro hijos y si mayores sobresaltos. Isadora era la menor, pero todos recibirían la fuerte influencia de su madre, consagrándose en exclusiva al arte en todas sus manifestaciones. (música, teatro, baile, etc)
-El hecho determinante para la familia, -e Isadora lo reconoce abiertamente en su auto-biografía- fue que el padre los abandonó cuando ella tenía cuatro años.
-Esto es importante, porque a consecuencia de dicho abandono, su madre rompió definitiva y totalmente con la religión católica y se convirtió en una atea militante, admiradora del paganismo griego, influencia que modeló la vida y sensibilidad de sus hijos.
-El golpe fue muy fuerte para la madre -quien tan rebelde como sería su hija menor- crió a sus hijos en un ambiente libertario, poco sujeto a convenciones y normas, pero con grandes exigencias en el plano del desarrollo artístico.
-Gracias a mi madre –dirá Isadora- nuestra niñez estuvo impregnada de música y poesía. Luego de llegar cansada de su trabajo y pese a la pobreza en que vivían, Dora siempre se daba el tiempo para interpretarles obras de Beethoven, Schumann, Mozart, Chopin, Schubert y para leerles en voz alta pasajes de Shakespeare, Shelley o Keats.
-Fue su madre y el hecho que ella trabajara fuera de la casa para darles de comer, lo que fue forjando la personalidad libertaria de Isadora. “tengo que agradecer –sostiene- que mi mamá fuera pobre y tuviera que estar fuera de la casa todo el día. No podía tener sirvientes ni ayas para sus hijos y a esto le debo la vida espontánea que pude expresar siendo niña, y que no he perdido nunca. Cuando podía escaparme de la prisión que era la escuela, era libre. Podía vagar sola, a la orilla del mar, y seguir mi fantasía. Fui afortunada de tener una madre deliciosamente descuidada que estaba muy atareada en buscar nuestro sustento como para preocuparse de los peligros que podían sobrevenirnos. A esta vida salvaje y sin obstáculos de mi niñez, debo la inspiración de la danza que he creado y que no es sino la expresión de la libertad. Nunca estuve sujeta a esos continuos “niña no hay que hacer esto ni lo otro” que hacen miserable la vida de la infancia.
-Junto con lo anterior, para entender la vida de Isadora, tenemos que considerar que esta familia tan peculiar, busca arrancar del ambiente puritano y materialista que los rodea, soñando que acercándose al Este, primero en el propio Estados Unidos y, luego, mirando hacia Europa, encontrarán un lugar culto y espiritual, donde sea posible vivir de acuerdo a sus convicciones artísticas y sin restricciones morales y económicas. Muy pronto Isadora se da cuenta que no tiene destino en su propia ciudad, que prima allí la idea que la mujer debe dedicarse a lo suyo, el hogar, y que –a excepción de su madre- los padres de familia ven el arte, el teatro, la poesía, la música y la danza como oficios secundarios. ¿Cuántas veces escuchó “Antes muerto que mi hija se dedique al teatro?” Todo esto, hizo que la familia Duncan se hiciera nómade desde muy temprano y que viajaran en busca de una patria espiritual que los acogiera.
-Otro elemento que marcará a Isadora y que proviene de la experiencia de su propia familia, es su idea negativa del matrimonio en cuanto institución. “desde chica me impresionó profundamente la injusticia que padecían las mujeres, y relacionando mis lecturas con la historia de mi padre y de mi madre, decidí, de una vez para siempre, que consagraría mi vida a luchar contra el matrimonio y a favor de la emancipación de la mujer y de los derechos de toda mujer a tener uno o varios hijos, cuando le plazca, sin mengua de su honor. …(seguir pág. 20)
-Ahora bien, los Duncan Gray, esta especie de tribu nómade, algo extravagante –luego de grandes vicisitudes y esfuerzo- llegó a Londres, en 1899. Isadora tenía 22 años y a estas alturas ya era una bailarina con estilo propio. Incomprendida en los ambientes artísticos norteamericanos, su estilo libre y espontáneo y su plástica, había sido considerado tanto en Chicago como en Nueva York, como muy bonito, pero no adecuado para ser mostrado. Isadora sólo había logrado ser contratada en un rol secundario para interpretar “El sueño de una noche de verano” de Mendelssohn, inspirado en la obra de Shakespeare, pero no mucho más.
-Segura de su originalidad y talento, había intentado por todos los medios convencer a los empresarios del espectáculo de la importancia de su danza. “Yo le traigo a Ud. la danza. -les decía- Le traigo a Ud. la idea que va a revolucionar a toda nuestra época. ¿Que donde la he descubierto? En el océano Pacífico, entre los pinos de la sierra nevada, en la naturaleza misma.” Pero nada, sólo promesas y frustración.
-Inspirada en el mar, el viento, las nubes y todo aquello que tenía movimiento, como la música, la danza de Isadora fue en un comienzo sólo una genial improvisación. Luego, el estudio, la experiencia y el descubrimiento que el plexo solar era el centro mismo de la energía, hizo que el baile –a través de su cuerpo- se convirtiera en la expresión de todo su ser, de sus sentimientos y emociones. La danza es mi vida, decía, “Desde el primer momento, yo no he hecho otra cosa sino que bailar los impulsos más secretos de mi alma. Al principio, el gozo espontáneo de las cosas que crecían, luego, incluso sin música, la tragedia que existe, incluso en las manifestaciones jubilosas. Mi arte es un esfuerzo que tiende a expresar, en gestos y movimientos, la verdad de mi ser.” Era, en definitiva, lo mismo que hacían una Virginia o una Anaís, pero usando otra herramienta. Ellas, la escritura, Isadora su cuerpo en constante movimiento.
-Sus primeros triunfos profesionales los consigue bailando en casas de algunas familias aristocráticas de Londres. Allí mostró que podía amalgamar poesía, melodía y baile, pero diluyendo el poema y la música para que quedara en escena sólo el cuerpo como expresión del todo. Bailaba la música de Chopin y de otros clásicos del romanticismo, mientras su madre la acompañaba en el piano y sus hermanos recitaban a los poetas griegos de la antigüedad.
-Estando en Londres, conoció a Charles Hallé, dueño de una importante galería de pintura que la introdujo en los salones más elegantes de la ciudad. Reconocida en su originalidad, llegó incluso a bailar frente a la familia real, pero el éxito no era todavía pleno.
-Buscando nuevos horizontes, en 1900 viajó a Paris. Sin dinero y amigos, utilizó su tiempo en seguir formándose. El Louvre será su escuela. Allí pasaba horas contemplando las figuras y el movimiento de los vasos griegos y leyendo en la biblioteca todo lo que estuviera relacionado con la danza.
-Ha logrado perfeccionar su estilo y poco a poco lo va impregnando de una sensualidad hasta entonces inédita en ella. Se libera así de lo que todavía le quedaba de la contención propia del puritanismo norteamericano.
-Con personalidad y voluntad, Isadora logra, ahora en Paris, abrirse espacio bailando en los ambientes más exclusivos de la capital de Francia, inserta en plena Belle Epoque. La condesa Greffuhle, por entonces considerada la reina de la sociedad parisina, la acoge junto a Madame de Polignac reconociendo en ella al “renacimiento del arte griego”. En adelante hubo solo aplausos, flores y elogios.
-Allí en Paris conoce al escultor Rodin, que la admira porque ve en el movimiento de su baile el mismo espíritu que el trata de expresar en sus esculturas. Se hacen amigos, aunque no llegan a intimar, hecho del cual más tarde ella se arrepentirá. (le dio miedo)
-1902, con 25 años, Isadora obtiene su primer contrato en Budapest. (Hungría) Su vestuario – una túnica transparente, sin ningún otro adorno artificial, escandaliza a la vez que provoca admiración.
-Lo escandaloso no es sólo su vestuario en el baile, sino el que utiliza para bañarse en el mar. Adelantándose a Cocó, fue allí en Budapest donde modeló un nuevo traje de baño, que si bien tenía faldón hasta las rodillas, dejaba al descubierto piernas y pies. Por si Uds. no saben, en esa época, las mujeres se metían al agua vestidas todas de negro, con faldones hasta los tobillos, medias y zapatos de nadar.
-Gracias al éxito obtenido en Hungría, Isadora viaja a Italia, donde queda prendada de Florencia más que de Venecia. El cuadro La Primavera de Botticelli, le servirá de inspiración para madurar su repertorio e intentar transmitir con su danza a los pintores renacentistas.
-Su éxito se sigue expandiendo. Alemania es su nuevo desafío y las presentaciones en Munich y Berlín la harán rápidamente Sus teorías estéticas sobre la danza son escuchadas con atención y ya se siente triunfadora.
-Es en Alemania donde conoce a Cosima Wagner y a su hijo Sigfrido, incorporando a sus presentaciones la obra del gran músico. Baila la ópera Tanhauser, con túnica transparente y descalza, causando sensación. Cuando Cosima, tras la primera presentación le pidió que se ponga algo bajo la túnica, Isadora, inflexible se niega. “Ud. lo verá. Antes de muchos años, todas sus bacantes y vírgenes floridas, vestirán como yo lo hago ahora.” profecía que se cumplió.
-Con dinero y fama, en 1903, ya puede cumplir su sueño más anhelado. Viajar en familia a Grecia, la fuente originaria del arte occidental. Y de su inspiración (Viaje de Ulises en la Odisea)
-En la colina de Kopanos, cerca de Atenas, empieza la construcción de un templo destinado exclusivamente a la danza, un proyecto que tuvo que ser abandonado a los dos años por falta de recursos.
-Pero Isadora no se amilana. Su creatividad no descansa y se entusiasma con la idea de armar una coreografía que acompañe sus presentaciones. Se consagra entonces a crear una escuela de niños que formen un coro griego y los integra a sus futuras giras. El costo es grande y el éxito menor al esperado.
-Con todo, insiste en ello y en 1904, en Alemania, abre una escuela de ballet, en las cercanías de Berlín, Grunewald. Su éxito es clamoroso. (espectadores desenganchan los caballos y la llevan por las calles)
-Sin descanso, el deseo de ver a la Duncan le permite firmar buenos contratos. En 1905, viaja a la Rusia Zarista y conoce a Ana Pavlova, una de las mejores bailarinas del famoso ballet ruso. La admira, pero es justamente todo lo que ella no quiere ser. Pavlova, pasa horas practicando en la barra, sometiéndose a la gimnasia más rigurosa. Todo su entrenamiento estaba destinado a separar por completo la mente del cuerpo, justamente lo inverso que ella sostenía. Su escuela de danza tenía como objetivo que mente y espíritu fueran los motores del cuerpo para que éste se elevase a su plenitud.
-Estando en San Petersburgo, le tocó presenciar la primera rev. Rusa, la de 1905 (Domingo Sangriento) Vio la procesión fúnebre de los obreros fusilados por el zar, una tragedia que la conmovió y que en adelante la hizo políticamente una mujer de izquierda. Y es que aunque vivía de y en la elite social, nunca se sintió partícipe de la vida burguesa y del entorno ideológico que representaba. De hecho, en 1921 regresará ahora a la Rusia Soviética, para apoyar con su arte a la revolución naciente. Fue entonces cuando se enamoró de Sergei Esenin, que junto a Mayakopsky, eran los grandes poetas de esa revolución.
-En el intertanto, si bien había conservado su virginidad, más por voluntad que por falta de admiradores, le llega la hora y se enamora perdidamente en Alemania de Gordon Craig, quien será el padre de su primera hija, Deidre nacida en 1906, en Holanda. La relación, sin embargo, no dura. Tuvo que optar entre el amor y el arte y eligió este último. “Adoraba a Craig, -cuenta en su Autobiografía- había llegado a ese estado de frenesí, en que no podía vivir con él ni sin él. Pero vivir con él era renunciar a mi arte, a mi personalidad; más aún, a mi vida, acaso a mi razón. Vivir sin él era vivir en un estado de continua depresión, torturada por los celos. “, pero eso debía ser pasajero….
-En los años siguientes, lo menos que se puede decir de la carrera de Isadora es que era triunfal; todos los países la solicitaban, todos la mimaban. Incluso Coco Chanel se acercó a verla, ya que todas sus clientas lo habían hecho.
-En 1908 a los 31 años vuelve a enamorarse, esta vez de uno de los más importantes industriales de Alemania, Singer, el dueño de las fábricas de máquinas de coser. De él tuvo un hijo, Patrick en 1910. Singer trató de establecerla en el ambiente propio de la alta burguesía, dándole lujos, comodidades y seguridad. Sin embargo, Isadora prefirió una vez más su independencia.
– En 1909, en la plenitud de su carrera vuelve a Estados Unidos. La crítica la aclama y hasta el presidente Teddy Roosevelt reconoce sus méritos y la defiende de los ataques puritanos de la aún pacata sociedad del este norteamericano.
-Ya de vuelta en Europa – plena de éxito- la tragedia se abate sobre su vida. Un domingo del año 1913, el auto que conduce a sus hijos a la villa de Singer, cae accidentalmente al Sena y ambos niños mueren ahogados. Nunca se recuperará de esta pérdida. Doce años después al escribir su autobiografía dirá: “Me doy cuenta que estoy cansada desde hace 12 años. Este pecho encierra un dolor incurable; estas manos que aquí tengo delante están marcadas por la tristeza y cuando estoy sola, estos ojos tienen una rara sequedad. Las lagrimas han brotado durante doce años a partir del día en que tendida en otro lecho, fui repentinamente despertada por un gran alarido… Dos veces tan solo he sentido aquel grito de la madre que una oye como si fuera ajeno a una misma: al dar a luz y a la hora de loa muerte. Porque cuando sentí aquellas manitas frías en las mías, aquellas manitas que ya nunca me volverían a estrechar, oí mis gritos; los mismos gritos que había oído cuando nacieron.”
Llena de dolor, Isadora cremó los cuerpos de sus hijos. “Creo –dirá también en su autobiografía- que la idea moderna de los funerales es tan fea y tan espantosa que llega a un grado de barbarismo. Como yo había tenido el valor de rechazar el matrimonio y de negarme a que fueran bautizados mis hijos, me negué también que una vez muertos, se les hiciera objeto de esa mascarada que llaman entierro cristiano. Yo no tenía más que un deseo y era que el terrible accidente se transformara en belleza. “Ella había bailado más de una vez la Marcha fúnebre de Chopin y nunca dejó de recordar el efecto que produjo en ella y en sus espectadores. El silencio absoluto, la nada. Lo mismo que sintió cuando supo la pérdida de sus niños.
-Después de un largo duelo, en 1921, a los 43 años, Isadora –como dijimos- vuelve a Rusia, instala una nueva escuela de danza y con ello siente cooperar al nacimiento del nuevo arte revolucionario. Entonces fue que conoció a Esenin, con quien terminó casándose. Sin embargo, no es que estuviera violando su promesa de no casarse nunca, sino que simplemente fue la fórmula necesaria para que Esenin pudiera salir de la Rusia Soviética y acompañarla a Estados Unidos y Europa. Muy pronto, la relación se quebró. Bastante menor que ella, alcohólico y nostálgico de su patria, Esenin se transformó para Isadora en una carga. Se divorciaron en 1924. El regresó a la Unión Soviética y al poco tiempo, al igual que Mayakopsky, se suicidó, desilusionado del rumbo totalitario que Stalin había impuesto a la revolución.
-Los últimos años de la vida de Isadora transcurrieron en Niza, donde se estableció y donde murió en 1927, víctima de un fatal accidente. Mientras paseaba por la costa en su Bugatti deportivo, su bufanda roja se enredó en las ruedas del auto, muriendo estrangulada.
-En realidad, Isadora Duncan ya había muerto antes, porque el cuerpo podía seguir funcionando y se había convertido en una diva. Pero ella misma confesó que “aquellos días que precedieron a la muerte de los niños, fueron en realidad, los últimos días de mi vida espiritual. Desde que sobrevino la tragedia, yo nunca tuve más que un deseo: huir, huir, huir…”
Cocó Chanel (1883- 1971)
-La vida de Cocó, fue mucho más larga que la de Isadora, (murió a los 88 años) y su gran gracia fue revertir su tragedia (el abandono y la pobreza de su infancia) por una vida dedicada al trabajo y al éxito económico. En su lucha constante por hacerse a si misma, por ser dueña de su propio destino, Gabrielle –como se llamaba en realidad- soslayó su origen humilde, y logró convertirse en la mujer francesa más conocida del mundo contemporáneo.
-Considerada la diosa de la moda, su nombre sigue siendo aún considerado como símbolo de la elegancia, y sin ella el renombre de los modistos franceses sería inimaginable.
-Así como la Duncan no creó la danza, sino que un estilo de baile, Cocó tampoco creó la moda sino que también un estilo para vestirse, y así, sin necesidad de elaborar grandes teorías sobre la emancipación de la mujer, simplemente, en la práctica, la liberó de los artificios que oprimían su cuerpo, para darle soltura y movimiento en lo que quisiera emprender.
-Gabrielle nació en Saumur, al norte de Francia el año 1883. Toda su infancia está rodeada de misterio porque ella misma se encargó, más tarde, de inventarse una leyenda.
-Lo que sabemos eso sí con certeza, es que nació en la mayor pobreza, en el Hospicio de las Hermanas de la Providencia y que fue hija ilegítima de Albert Chanel, un comerciante ambulante, mujeriego e irresponsable. Su madre, débil, sumisa y constantemente enferma, murió de tuberculosis a los 33 años, dejando huérfanos a sus cinco hijos. Ella era la segunda.
-Pese a que sus padres se casaron cuando Gabrielle tenía un año, la circunstancia de ser hija ilegítima siempre la acomplejó, y durante toda su vida, vivió con miedo a que esa situación fuera descubierta. Jamás llegó a aceptar la verdad tal cual era e incluso, cuando ya era rica y famosa, pagó a sus hermanos para ocultar su origen.
-El hecho de ser ilegítima y quedar huérfana de madre a los 12 años, no fue su única tragedia. El padre, una vez viudo, también se desembarazó de ellos, dejándolos en un orfanato antes de emigrar a América. Este abandono pesará en su vida y en la relación que tendrá con los hombres. Reacia al matrimonio y desdichada en sus amores, nunca logró superar la desconfianza que sentía hacia quienes la rodeaban, luchando desde muy pequeña por su propia independencia.
-Consciente que el período de la Belle Epoque en que le tocó crecer, no le había sido tan “bello”, Coco buscó con tesón y obstinación alejarlo de su mente. Pero, su paso por el orfanato de Aubazine –entre los 12 y 17 años eran una realidad que dejaría su marca.
Aubazine, en verdad, era un lugar triste y desolado donde las huérfanas iban vestidas con blusa blanca, lavada mil veces, y una falda negra. Sin que conscientemente se diera cuenta, fue el orfanato el que le inculcó la austeridad, la sencillez, y el gusto por el blanco y negro que caracterizaría posteriormente sus diseños. Y fue también el orfanato el que la convirtió en una niña orgullosa y rebelde e inquieta, que se sentía víctima de la injusticia de la vida. “Yo era la peste, recordará muchos años después- era ladrona y escuchaba detrás de las puertas y hoy como entonces, la arrogancia estaba presente en todo lo que hacía: en mis gestos, en la aspereza de mi voz, en el fulgor de mi mirada, en mi rostro nervioso y atormentado. En toda mi persona.”
Fue en Aubazine, donde también aprendió a coser y bordar con esmero y si bien fue la hermana de su padre, Louise, quien arreglaba sombreros, la que le enseñó a coser con imaginación despertando en ella el interés por la moda, lo que vivió durante esos años claves de la adolescencia en ese orfanato tuvo una influencia fundamental para su vida futura.
-A los 19 años, como una forma de ganarse la vida, Coco ingresó como ayudante en una tienda de lencería, la Casa Grampayre, que atendía a señoras de la alta sociedad. Despierta y rápida, fue adquiriendo la experiencia necesaria como para que al año siguiente, 1903, arrendara no sin esfuerzo, una pieza para vivir y en forma independiente trabajar como costurera junto a otra hermana de su padre: Adrianne.
-El pueblo donde había nacido, Saumur, necesitaba los servicios de una buena costurera. Allí estaba ubicada –y lo está hoy también- la famosa Alta -escuela de Caballería a la cual desde su fundación en 1776, acudían los mejores jinetes del mundo a adiestrarse. (Escuela Española de Viena y Escuela de Caballería de Quillota) Coco, entonces tenía una buena y elegante clientela de oficiales que debían mantener sus uniformes impecables y que recurrían a ella en forma sistemática.
-Este ambiente fue importante para su futuro porque le permitió ingresar, en cierta medida, a un círculo social superior. De hecho, inició muy joven, una relación sentimental con un oficial de cierta alcurnia –Etienne de Balsan- quien pronto se convirtió en su amante, más por necesidad que por amor.
-A los 22 años, Coco se trasladó al balneario termal de Vichy, entonces de importancia internacional, donde intentó probar suerte como cantante. Desgraciadamente era muy desafinada por lo que terminó como asistente de vestuario en un teatro de la ciudad. Parece que allí, en una de las representaciones donde debía interpretar canciones ligeras, adoptó el nombre de Coco.
-Vinculada a través de Etienne con ambientes más refinados, Cocó comenzó a diseñarse su propio vestuario, como una forma de llamar la atención. Se conserva, por ejemplo, una foto del año 1906, en que está con su tía Adrianne en el parque de Vichy, ambas con trajes inusuales para la época. Sin corsé, lucen un cinturón y una falda que cae, sencilla, hasta los tobillos, con telas de traje masculino. Llevaban además, una chaqueta entallada, abierta sobre una blusa rayada y un sombrero de paja con poca ala y por único detalle una flor.
-Coco describiría más tarde que la moda de ese tiempo, los pesados sombreros lleno de plumas, flores y artilugios no eran sino un invento de los hombres que pretendían que nuestro cerebro no funcionara bajo semejante peso.” Y que su estilo deportivo e informal había pretendido romper con los moldes rígidos entonces vigentes, que llegaban a disimular y deformar las formas femeninas con los corsés, los rellenos y el armazón de las polleras.
-En 1907, a los 24 años, y rompiendo todas las convenciones sociales, Cocó se fue a vivir con Etienne al castillo Royallieu. Allí tiene una vida tranquila, con muchos gustos burgueses y aprende a cabalgar con soltura. Fue a través de la equitación que toma contacto con las damas de sociedad, a las cuales observa tanto en sus comportamientos como en su moda. Ello la lleva a lucir sus propios modelos, insistiendo en la sencillez y sobriedad, sobretodo de sus sombreros. Además, como buena jinete, se da cuenta que debe montar con mayor libertad y es así entonces que se confecciona pantalones de montar a los cuales les agrega blusas blancas con cuellos de hombre, corbatas de punto y chaqueta de tweed.
-Coco es admirada, su autoestima crece y se da cuenta que –sin un hombre que la mantenga- puede dedicarse a trabajar en forma independiente. Necesita sin embargo un capital para abrir una tienda, capital que Etienne le niega a entregar. Además, la relación con éste se deteriora. Queda embarazada, no está casada ni él pretende hacerlo tampoco. Aborta justificando el hecho que no quiere hacer pasar a su hijo, lo que ella vivió: la ausencia del padre.
-Fue en Royallieu, un año después, en 1908 donde Cocó conoció a un hombre excepcional y de una personalidad muy similar a la de ella. Un seductor también de origen desconocido: Arthur Boy Capel. Gabrielle se enamoró de veras. Fue al único hombre a quien quiso de veras, el único que parecía creado para ella. Desgraciadamente, Capel también necesitaba un matrimonio “comme il faut” para adquirir respetabilidad social, por lo que hizo un matrimonio de conveniencia con una rica heredera. La amistad con ella siguió, sin embargo y fue él quien le proporcionó el capital para que instalara una tienda en Paris.
-Era su sueño. Así en 1910, Cocó abrió su propio taller en Paris, en la ahora famosa rue Chambon, un barrio elegante, cercano a la opera y donde comenzaría a vender sus primeras prendas de punto jersey y negras.
-Su competencia era el famoso modista Paul Poiret a quien se le atribuye realmente la liberación del corsé-
-El éxito que tuvo fue enorme. Actrices y damas de alta sociedad, solían recurrir a su tienda. La sencillez y carencia de ornamentos era toda una revolución y dado el nivel de sus compradoras, pronto sus diseños pasaron a ser portadas de revistas. A partir de ese momento, y sólo con 29 años, ya podía mantenerse con holgura. Incluso abrió una sucursal en Deauville, en la costa del Atlántico, el más famoso balneario de la época. Fue allí donde le sorprendió la Gran guerra de 1914.
-La invasión alemana que amenazaba a Paris hizo que la aristocracia francesa se refugiara en esa ciudad cercana a Inglaterra, y hacia donde comenzaron a afluir señoras que decían haberlo perdido todo.
-Pero ¿qué era una señora sin un guardarropa? La tienda de Chanel se preocupó de …ese detalle.
-El clima de guerra y la necesidad de desplazarse rápida y cómodamente frente a cualquier peligro, le dio mayor sentido a las creaciones de Chanel. Ser liberadas de los lazos, las plumas, las muselinas y las polleras abullonadas que las habían convertido prácticamente en inválidas, fue obra de Coco, quien en un acto de creación simple, pero efectivo, inventó la falda recta hasta el suelo, dejando ver la punta del pie y diseñando zapatos cómodos.
-En el transcurso de la guerra, Deauville se convirtió en un inmenso hospital militar de retaguardia en la que las mismas señoras que buscaban liberarse del vestuario pesado que poseían, se convirtieron en enfermeras. Nuevamente quedó el recurso de dirigirse a Chanel para pensar en uniformes para mujeres activas, que debían ir de un lugar a otro y sentirse cómodas con lo que llevaban.
-La guerra fue el punto de partida definitivo para el éxito de Cocó. Consciente de su arte y de sus efectos, se atrevió a innovar incluso con la piel. Ella fue la primera en imponer el color tostado, considerado hasta ese entonces como signo de pertenencia a una clase baja (que trabajaba al aire libre). Todas las mujeres usaban polvos blancos, pero ahora, una piel morena significaba salud, deporte, tiempo libre.
-Ella también innovó en el peinado. Fue la primera mujer en cortarse el pelo como un hombre y en acortar la falda. Ella contaría que el pelo se le quemó al explotar la caldera del baño, pero probablemente esa explicación sea parte de la leyenda que ella misma se inventó.
-Curioso destino de esta mujer a la que la adversidad de los demás le proporcionó más ocasiones para liberarse y forjar su porvenir. La cuota de suerte que es necesario añadir al talento de los grandes triunfadores, no le faltó a Chanel, como tampoco le faltó espíritu de trabajo, voluntad y deseo permanente de superación. Había logrado su objetivo, venciendo a la adversidad y elevándose desde el medio más humilde a la cumbre del éxito social y económico.
-En 1919, una vez concluía la guerra, Capel murió en un accidente automovilístico en la Costa Azul. “no quisiera adornar el recuerdo con más detalle, dirá más tarde. Esa muerte fue para mi un golpe espantoso. Cuando perdí a Capel, lo perdí todo.”
-Pero se repuso. Durante los años 20, conocido como los años locos, el lema de Coco será “la elegancia de la libertad”. Ella luchaba a su manera por liberar a la mujer. Entonces nació el ahora clásico traje sastre Chanel, es decir unas dos piezas que imita en femenino el terno.
-Fue también en esta década (en 1922) cuando tenía 39 años, que lanzó a la venta su primer perfume, el legendario Chanel N|5. Como es sabido cuando le preguntaron alguna vez a Marlyn Monroe que se ponía para dormir, ella contestó un par de gotas de Chanel N|5. Este perfume, por primera vez no era el extracto de un elemento natural, generalmente floral, sino la combinación de 80 aromas diferentes, muchos de ellos sintéticos. Su creación le proporcionó una increíble fortuna, calculada en 15 millones de dólares al momento de su muerte.
-En el período de entre guerras, es tal su fama que no solamente se vincula con la sociedad bien establecida, incluso se dice que tuvo un romance con el duque de Westminster, uno de los hombres más elegantes y ricos de Inglaterra, de quien habría rechazado una propuesta de matrimonio, También es respetada por las vanguardias. Recuerden su admiración por Isadora y que tanto Diaghilev que trajo los ballets rusos a Francia como Jean Cocteau le pidieron que diseñara los vestuarios para sus obras modernistas. También fue invitada a Hollywood donde diseñó el vestuario de Gloria Swanson, entre otras.
-Sin embargo, pronto regresó a Europa. Su empresa, la más importante industria de la moda, llegó entonces a ocupar 3.500 operarios.
-En 1939, el estallido de la II Guerra Mundial sorprendió a los franceses. Chanel decidió cerrar su casa. Fue calificada de derrotista, pero una vez más su instinto demostró que ella tenía razón, pues Francia se hundió con inusitada rapidez frente al ataque alemán (Junio1940) Ella se instaló en Suiza, esperando tiempos mejores. Al parecer mantuvo relaciones con jerarcas nazis, cosa que ella siempre negó. El hecho es que no regresó a Francia hasta 1953.
-Después de quince años de inactividad, cuando cualquier otra mujer se habría resignado a vivir de los recuerdos y a disfrutar de su fortuna, ella resolvió reconquistar su terreno, compitiendo con los nuevos modistas, Balenciaga, Dior, Givenchy y Lanvin. Contra todo lo esperado las dos C enlazadas volvieron a ser lucidas tanto en Paris como en Nueva York. Life, la revista más leída en USA comentaba:” Ya influye en todo. Gabrielle Chanel, más que una moda aporta una revolución.”
-Durante años, en todas sus ediciones, Life dedicó 4 páginas al Chanel look. Cumplió 80 años y aún vestía a las mujeres más conocidas del mundo, desde Marlen Dietrich a Grace Kelly pasando por Elizabeth Taylor, M. Monroe y Catherine Hepburn. entre ellas a Jackie Kennedy (quien vestía una falda diseñada por ella cuando murió Kennedy)
-Mal día el domingo, para quien sólo tiene su trabajo. Chanel los odiaba. Pero murió al igual que Isadora, un domingo, el 17 de enero de 1971 víctima de un cáncer. El hotel Ritz de Paris, donde se había refugiado ya solitaria, en sus últimos años, elevó pendón negro.
Después de conocer algo de la vida de cada una de estas mujeres que hemos visto hoy, volvemos a preguntarnos… ¿Que tienen de común Isadora y Coco?
Ambas –creo yo- fueron trasgresoras respecto a la percepción que la sociedad tenía del cuerpo femenino. Una, Isadora, expresó a través de la danza la pureza de un cuerpo en movimiento, transformando ese arte en un espacio de libertad del cual surgió la danza contemporánea. Chanel, en cambio, revolucionó el aspecto externo de la mujer otorgándole un grado de comodidad y naturalidad que les permitió de allí en adelante moverse con soltura y sencillez y en un plano de igualdad con los hombres.
En lo biográfico, – como hemos visto- la vida de ambas fue al final del camino, triste y solitaria. La soledad quizás sea el precio que han tenido que pagar las mujeres que se han atrevido a ser transgresoras con las convenciones de su tiempo.