El primer barco construido en Chile

Blog Corral Victoria

Sólo meses después de la fundación de Santiago, Pedro de Valdivia captó la importancia de contar con algún barco que le permitiera romper su aislamiento y mantener  comunicación con el Perú. Necesitaba enviar noticias, algo del oro que se estaba explotando en el  estero de Marga-Marga  y solicitar más hombres y elementos para expandir su conquista.

Fue por ello que en Julio de 1541 ordenó que se emprendiera la tarea de construir un bergantín en la desembocadura del río Aconcagua. De acuerdo a la realidad de la época, improvisar un astillero no era una empresa muy difícil y bastaba la presencia de un “carpintero de ribera”, buena madera y una playa apropiada para varadero. El sector de Concón ofrecía entonces esas condiciones y contando con la ayuda de los indios de la comarca y el trabajo de doce de sus hombres  se inició la construcción. Era el primer barco que se construía en los territorios de la gobernación, aunque una sublevación dirigida por los caciques de la zona  lo quemó en agosto del mismo año sin que alcanzara a terminarse. Un mes después, se produciría la destrucción de Santiago.

Consciente que con ello  se esfumaban las esperanzas  de pedir auxilio al Perú y a fin de salvarse del aislamiento casi absoluto en que se encontraba,  Valdivia no cejó en sus intentos e insistió en armar una nueva embarcación, que por las dramáticas circunstancias en que habían quedado luego de la sublevación indígena, tardó su tiempo en construirse.

De hecho, recién en el invierno de 1544 y luego de haber recibido la ayuda del  San Pedro,  embarcación que había llegado del Perú a mando del capitán Pastene- Valdivia ordenó la construcción de un pequeño lanchón – que con capacidad para sólo ocho tripulantes- lo destinó al reconocimiento del litoral norte y como medio de comunicación y cabotaje de Valparaíso con la recién fundada villa de La Serena y su puerto, Coquimbo. La idea era que visitara “de tres en tres meses” la nueva fundación para llevarle “trigo, maíz y cebada, así para comer, como para sembrar y aves y puercos para que los criasen.”

La construcción de bergantines  en Chile continuó a un ritmo lento. En  1549 se fabricó uno de mayor envergadura que el anterior –para 30 marineros- contabilizándose para 1557, 17 naves construidas en el reino. Años más tarde, en 1565, el número de embarcaciones capacitadas para navegar por las costas se elevaba a 62, la mayoría de las cuales   fueron utilizadas para cabotaje y nuevos descubrimientos y  exploraciones por el litoral del Pacífico sur. La meta, desde el primer momento  era tomar posesión del Estrecho de Magallanes no sólo para darle la mayor extensión posible a la gobernación, sino que también para evitar que ajenos se entrometieran y  disputaran lo que ya se  consideraba el límite natural de la provincia chilena.

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